Zarandona es una pedanía de la huerta murciana, cercana al centro de Murcia con poco más de 6.500 habitantes en la que las noticias negativas son escasas en el día a día. Cualquier persona, pensaría que la tranquilidad debe ser la tónica habitual en un pueblo tan familiar, y así es, o al menos era hasta la pasada semana. Decimos era, porque Zarandona se ha visto sacudida en apenas cinco días por varias noticias negativas que han sorprendido a todo el pueblo y a los vecinos de otras pedanías.
El pasado Jueves 22, en la madrugada del Viernes, las sirenas rompían la tranquilidad de una noche cualquiera de Octubre ante la llamada de unos vecinos que solicitaban asistencia para un motorista accidentado. Una persona que circulaba en su ciclomotor por la Calle Párroco Pedro Lozano se estrellaba contra una barandilla de una casa situada en la curva de la carretera, de forma frontal, y sin ninguna protección en su cabeza.
Los vecinos salieron alarmados por el fuerte ruido y solicitaron asistencia médica, que llegó varios minutos más tarde junto a la patrulla de la policía local, pero que solo pudieron confirmar la muerte de este varón que perdía la vida debido al fuerte impacto.
Zarandona, se despertaba la mañana del Viernes con esta trágica noticia que sobrecogía a todo aquel que se enteraba o pasaba por el lugar del accidente.
El fin de semana no iba a ser tranquilo, así nos lo hacían saber todos los periódicos de tirada regional que narraban la desagradable noticia de un joven de 30 años que había sido detenido por agredir a su padre con un monopatín. Ante una riña familiar, esta persona que comparte vivienda con sus progenitores, se mostraba en una actitud violenta, por lo que el padre solicitó la ayuda de la Policía.
Al llegar al lugar de los hechos, el policía de barrio esquivó el monopatín que le lanzó el chico con intención de darle. Posteriormente, huyó corriendo hacia unos huertos cercanos, perseguido por el policía, que tras unos minutos fue alcanzado y detenido, con el apoyo de una patrulla del GESC.
Aún con estas dos noticias en mente, la Policía Local de Murcia tenía que hacer acto de presencia de nuevo en nuestra pedanía. Esta vez, una persona que fue llevada a comisaría por una riña familiar, rellenó el atestado y regresó a su casa. Horas más tarde, se requería de nuevo la presencia policial al mantener su actitud violenta.
Los hechos ocurrieron en torno a las 15.00 horas. El sospechoso viajaba junto a otras personas en una furgoneta que estaba siendo perseguida por patrullas de la Policía Local. Algunos testigos aseguran que llegaron incluso a producirse algunos disparos al aire. El joven aprovechó el momento para correr y esconderse en el jardín de una de las viviendas. La Policía Local la inspeccionó y consiguió dar con él finalmente.
Por último, en apenas cinco días, la noche del Lunes también resultó ajetreada para el cuerpo de la Policía Local de Murcia, que tuvo que asistir a la Redonda de Los Poetas Murcianos ante un accidente de tráfico. Eran las cuatro de la mañana, cuando un menor que conducía un vehículo sin carné de conducir, se salía de la calzada y se empotraba en la redonda de Zarandona, sin llegar a afectar a la estructura.
Es posible que estos hechos resulten normales en cualquier otra gran ciudad, o incluso minucias comparado con su día a día, pero Zarandona siempre se ha caracterizado por su tranquilidad y la ausencia de hechos desagradables de forma continúa.
Quizás sean un cúmulo de casualidades que han propiciado estos hechos, pero los vecinos se sienten extraños ante estas noticias con las que nos despertamos día tras día, y hasta algunos han llegado a preguntarse si Zarandona será, la nueva ciudad sin ley.
Resultan más frustrantes estas noticias, cuando se es consciente de que todas se podían haber evitado; reducción de velocidad o casco de protección, actitud respetuosa hacia los padres y la familia, o cumplir las normas de seguridad vial.
Lo deseado por todos los vecinos de Zarandona, es que esta no se convierta en la tónica habitual de la pedanía y se regrese pronto a la tranquilidad con la que han crecido en este trozo de la huerta murciana.
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