PREGON DE LA
SEMANA SANTA 2018
“Dios mío, Dios
mío, por qué me has abandonado”
Jesús en la Cruz, expresa el sufrimiento
y la desolación del Hijo de Dios, que, en ese momento, está afrontando el drama de la muerte. Ha sido abandonado,
traicionado y renegado por todos nosotros.
Pero, como dijo El Papa Benedicto XVI,
la exclamación de Jesús no fue un grito de desesperación, sino el comienzo de
uno de los Salmos más profundos del Salterio, que Jesús, como buen judío,
conocía muy bien.
Este Salmo nos ha llevado al Calvario, a los
pies de la cruz, para revivir su pasión
y compartirla alegría de la resurrección.
Rvdo.
Sr. Cura Párroco
Sr.
Presidente de la Junta Municipal de Zarandona
Sr.
Presidente de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Paz
Sres.
Cofrades
Queridos
vecinos y amigos.
Buenas noches y bienvenidos.
Ante todo, quiero agradecer a mi amigo
Paco González, presidente de la Cofradía y a la Junta Directiva, el haberme
nombrado Pregonero de la Semana Santa de Zarandona 2018. Es para mí un orgullo
y siento una inmensa alegría, pregonar esta Semana Santa, en este año tan especial,
como es el 25 aniversario de la Cofradía del Stmo. Cristo de la Paz.
Junto a este honor, también, representa
para mí, una gran responsabilidad, anunciar la muerte y pasión de Cristo,
representada en Zarandona, con su procesión de Jueves Santo. La brillantez de
los anteriores pregones, han hecho que sean inalcanzables para mí, por ello
quiero pediros perdón si en algún momento no consigo llegar a vosotros con el
mensaje que os quiero decir. Con ilusión y con la ayuda de Dios, espero poder
transmitiros mis sentimientos y lo que representa para mí la Semana Santa de
Zarandona.
Siempre me acordaré del primer Pregón,
lo realizó, D. José Hernández Sanchez, y lo recordaré, no sólo por su hermosura,
sino también, por la Persona que lo pronunció. Quiero tener un especial
recuerdo, en este pregón, para agradecer a Pepe Hernández, todo lo que me ayudo
en los años que fui Presidente de la Cofradía. Siempre estará en mi corazón.
No quiero dejar pasar esta oportunidad
para agradecer a todas las personas, que compartieron conmigo una etapa llena
de emociones, con sus alegrías y tristezas. Conocer a esta maravillosa gente, me
hizo crecer como persona.
Si, ya son 25 años, desde aquel 25 de
enero de 1993 cuando un grupo de entusiastas y promotores se reunieron y
constituyeron la Cofradía y fue en abril de ese mismo año cuando salió en
procesión por las calles de Zarandona, nuestro Cristo de la Paz.
En Jueves Santo, al caer el sol, comienzan
a oírse el tronar de los tambores. Es el momento en el que el Estandarte de la Cofradía
aparece bajo el pórtico de nuestra Iglesia de la Purísima y San Felix.
A
continuación salen los niños con el paso del Espiritu Santo. Ahí, me viene a la
memoria, todos aquellos seres queridos que ya no están con nosotros, los echo
de menos, pero también sé que nos están mirando desde arriba, y viendo con
alegría que, otro año más, vuelve a salir nuestra procesión.
En
pocos minutos aparece el siguiente paso; en ese momento vuelvo la cabeza y veo
salir al Cristo de la Paz. Mi mirada se clava en el rostro de Jesús la emoción
recorre mi cuerpo. Es nuestro Cristo
vivo. Mirándolo, aprendes a superar los desengaños de la vida con alegría,
hacer del sufrimiento fuente de savia que haga mejor nuestra vida humana y
espiritual.
Ahí viene, San Juan, el fiel discípulo
de Jesús, el Evangelista, que va a acompañar a María para seguir el camino
doloroso hasta el Calvario.
Al
poco tiempo y saliendo en auxilio de su hijo, aparece María, La Dolorosa,
envuelta en una aureola de luces y flores. Mis ojos, que se esconden bajo la
túnica, no pueden evitar empañarse.
No estamos
solos, está María, la Madre de todos los hombres, mujer dolorida y dolorosa que
tiene la misión de ayudarnos en el camino de la vida y nos reconforta cuando la
desilusión nos hace perder la esperanza.
El cortejo continúa su recorrido por
las calles de Zarandona, con las filas de los nazarenos con sus túnicas color
granate, que representan la sangre derramada de Cristo en su camino al
Calvario:
Aprovecho, para recitar los versos que
escribió nuestro Cura y Poeta
D. Francisco
Aroca Gómez
Tu sangre derramada
En esta baja tierra enséñame, Señor, a arrepentirme,
a doblar la esquina que me aleja de Ti,
como un ciervo del agua, mientras cruje
el fuego por los robles.
Enséñame,
Señor
tus llagas, para sellar mi perdón
con tu sangre en declive, desde todos
los tiempos, penetrando en nosotros,
un río a contracorriente,
atravesando muros,
odios.
Tu sangre
derramada,
en cada instante azul del sacrificio.
Siempre alba inmerecida.
La procesión
vuelve a la plaza de la Iglesia, hasta que, La Dolorosa, consigue alcanzar a su
Hijo, es el
Encuentro, donde María, cae de rodillas por el dolor que siente al ver a su
hijo crucificado, tocando las varas de su trono
el suelo; a lo que San Juan se inclina para consolarla y ayudarla a
levantarse. Mientras tanto el Cristo de la Paz permanece elevado, como anunciando
su ascensión a los Cielos.
De pronto El Silencio, que cala hasta
los huesos. Únicamente roto por los aplausos dedicados al esfuerzo de los
estantes al representar una de las más bellas estampas de la muerte de Cristo. Todo
ello bajo la mirada del Espiritu Santo desde el centro de la plaza.
Como Nazareno siento que es el momento
más emotivo de nuestra procesión. Y todos los asistentes tenemos el privilegio
de vivirlo.
Quiero tener un reconocimiento para toda
la gente que ha trabajado y ha luchado por la Cofradía, empezando por los
primeros fundadores, y continuando por todos los cofrades, manolas, penitentes,
estantes, cabos y mayordomos, en definitiva a todos los que formamos esta gran familia.
Sois vosotros, junto con los vecinos y
amigos de Zarandona los que habéis hecho posible que tengamos una procesión llena
de admiración en la Semana Santa Murciana. También quiero dar las gracias a
nuestros Consiliarios curas párrocos y ante todo gracias a Dios.
La labor de todos, no sólo debe ir encaminada
a que nuestra procesión de Jueves Santo sea la más bonita y la mejor. El
objetivo no debería ser otro que la
invitación de Cristo a un desfile hacia nuestro interior y ver si, desde lo
más hondo de nuestro corazón, somos capaces de entregarnos al amor de Dios.
No dudemos del amor de Dios hacia
nosotros. Ya lo dijo Jesús en el evangelio de San Mateo
Mirad los lirios cómo crecen; ni trabajan ni hilan, y yo os
digo que
ni Salomón en toda su gloria se vistió como
uno de ellos."
Si Dios cuida de los lirios, ¿cómo no va
a cuidar de nosotros?.
La humanidad busca la paz y no la encuentra. El Hombre
busca la felicidad y se siente cada vez más angustiado. Por ello, tenemos que orar
con Dios, como hizo San Juan de la Cruz
Oh, Bendito
Jesús, haz que mi alma se aquiete en ti
Permite que tu
poderosa calma reine en mi.
Gobiérname, oh,
Rey de la Calma, Rey de la Paz
La
Semana Santa debe servir para alimentar nuestra esperanza, al propio tiempo que
enriquecer nuestra calidad humana. Esta calidad humana, no solo debe ceñirse a
estos días de recogimiento, sino a todos los días de nuestra vida, mostrando respeto y amor hacia los demás.
Os
animo a que nuestra procesión sea una manifestación de profunda intimidad,
donde los sentimientos sean tan fuertes que nos resulte difícil expresarlos con
palabras y tengamos que acudir, a una mirada en silencio.
Es mi deseo que, con nuestra procesión
de Jueves Santo, donde representamos la pasión, muerte y resurrección de Cristo,
llegue la Paz a nuestros corazones.
Quisiera terminar recordando las
palabras con las que empecé este pregón:
“Dios mío, Dios mío,
por qué me has abandonado”
Muchas Gracias
Don Juan Manuel Carrillo Martínez (Ex-Presidente y actual secretario de la Cofradía) en el pregón de la Semana Santa Zarandona 2018 - Fotografías de Paco Hernández -
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